Sobre los objetivos

Por si hace falta aclararlo, 
esta es mi opinión personal sobre el tema,
no tiene intención de consejo. 
Esta semana tuvimos consulta con el traumatólogo. (¡!) Si siguen medianamente este blog, sabrán que hace algo más de cinco años que no vemos un traumatólogo. Básicamente porque no nos sentimos cómodos con lo que tienen para aportarnos estos especialistas.
Pero es que hace alrededor de un mes aproximadamente, de un momento para otro, la pierna derecha de Salvador quedó flexionada a la altura de la cadera, aparentemente con imposibilidad de relajarla. Y si uno intentaba que tuviera una posición más estirada, manifestaba molestia o dolor. Pasadas unas horas consulté telefónicamente al pediatra, que me dio algunas ideas de lo que pudiera estar pasando.
Mientras tanto, también de un momento para otro, la pierna recuperó su posición y movimientos normales. Unos días después, teníamos consulta de rutina con el pediatra, quien me sugirió una radiografía de caderas y consulta con un traumatólogo, por lo que fuera que pudiera estar pasando con la articulación. Decidí seguir la sugerencia, por el respeto que me merece el pediatra de Salvador.
Hicimos la radiografía, que, como bien sabíamos iba a mostrar algo cercano a la luxación, por la sencilla razón que en estos años Salvi no ha estado haciendo la vida que hacen los niños de su edad: caminar, correr, saltar.
Elegí el traumatólogo que pareció "menos malo". (Formar parte de la Red de Madres Discapacidad provee a uno de apoyos, contactos e información imposible de conseguir de otra manera)
Y allá fuimos el lunes, con el niño, la radiografía...y unos videos ;)
Y conste que no pensaba ir al choque con el médico. Soy muy consciente de mi postura y de las decisiones que hemos tomado respecto a la rehabilitación de Salvi; pero por otro lado entiendo la postura de un profesional de esta rama: las herramientas que tienen para ofrecernos son de tipo agresivo (aparatos, botox, cirugías) pero son lo mejor que pueden brindarnos. Por eso no pensaba ponerme a discutir nada en la consulta, simplemente lo iba a escuchar, y a que me escuchara. Las decisiones, si es que habia que tomar alguna, las tomaría en otro momento.
El hecho es que no hubo ninguna necesidad de discusión. Me sorprendió su postura. Fue simpático y cariñoso con Salvador, y respetuoso conmigo, dispuesto a escucharme y ver los videos que le llevé.
Me dijo claramente que lo que tiene para ofrecer a Salvador es una cirugía de cadera, pero que entiende perfectamente que los padres decidamos no operarlos, porque en el caso y situación que Salvi se encuentra sólo se justificaría esto si la supuesta luxación (según él ni siquiera está totalmente luxado) le produjera dolor y molestias de tipo permanente que le impidieran moverse, sentarse, etc.
Me encantó! Que él médico deje clara su postura y su sugerencia, pero que entienda que para nosotros Salvi es muchas cosas además de la cadera o las piernas cruzadas. Que los riesgos de internación, anestesia y cirugía, más un largo y doloroso pos-operatorio, no se compensan porque en unos rayos X los huesos se vieran mejor ubicados, cuando no le cambiarían a él la calidad de vida ni de salud en general. Todo lo contrario, posiblemente por la cirugía retrocedería en la evolución que viene haciendo, y perdería logros muy valiosos.
Así que por ahora, nos dio el visto bueno para continuar como venimos, en nuestra postura respetuosa y no forzada, valorando el todo, en lugar de atarnos a un detalle.
Para que entiendan lo que hablo cuando me refiero a evolución, se los muestro en video.
El primero, tiene más de dos años. Lo hice con varias fotos y algo de video, porque el proceso de intentar lograr unos segundos "sentado" (con apoyo de manos) llevaba mucho más que los dos minutos y algo que quedaron. Incluía muchos movimientos de acomodación, prueba, error, descansos, volver a intentar.


El segundo es de hace alrededor de un año, y si bien me hacía muy feliz en ese momento, comparado con el tercero, que filmé el domingo pasado, para llevárselo al médico, muestra cuánta más seguridad ha logrado. Hay mucha menos vacilación, más rapidez y seguridad en lograr la postura. Aprendió a sujetarse sosteniendo sus piernas, y también aprendió a caerse con cuidado, sin riesgo de golpes. El traumatólogo incluso me dice que la postura en que se mantiene sentado, beneficia a su cadera.







Conclusión: las decisiones drásticas tienen que ver con los objetivos que uno se haya planteado. Para nosotros es más importante que Salvador esté sano, feliz, que coma, que crezca, que no se enferme, que esté cada día más charlatán, que en el instituto nos feliciten por la manera en que aprende a manejar herramientas de comunicación alternativa. Todo eso en conjunto es mucho más que unas piernas que se cruzan mucho.

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