Fin de semana distinto

Después del fin de semana largo, vaya a saber por qué estos únicos 3 días hábiles fueron tan agotadores. Sólo Dios sabe cómo hice para levantarme hoy a las 6 de la mañana, como todos los días. Pero ahora, ya a las diez de la noche, ante la perspectiva del fin de semana, el cansancio se va evaporando.
Con mi marido ocupado, invitamos a un amiguito de Agustín a cenar y a dormir en casa (quién sabe a qué hora se cansarán de jugar y nos dejen dormir a todos). De todos modos no hay necesidad de madrugar mañana. Los planes son sólo de ordenar la casa, leer artículos atrasados, quizá cocinar algo especial.
Pero también hay algunos extras interesantes:  ya tenemos en casa la primera versión de la aplicación para comunicación aumentativa, y todavía Salvador ni la ha visto. Mañana comenzaremos a usarla, para ver cómo nos va resultando.
Para el domingo, Agustín tiene examen de tae kwon do. Si lo aprueba, (creemos que sí, lógicamente) obtiene el cinturón amarillo.
¡Prometemos comentarles las novedades!

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