Hace 3 años

Hace tres años, finalmente le daban el alta a Salvi. Después de cuatro larguísimos meses nos podíamos llevar a casa a nuestro hijo. Dejábamos atrás los días más difíciles de nuestras vidas. Partíamos con algunos temores, infinitas precauciones, mucho cansancio mental y físico, pero la alegría de dejar el hospital lo disimulaba todo.
Iba a resultarnos increíble no tener que ajustarnos a las inflexibles visitas cada tres horas, de una hora de duración, no tener que dejar a Agustín con mil excusas a cada rato, volver a nuestra propia casa (durante toda la internación nos instalamos en la de mis incondicionales padres), empezar a ser al fin una familia de cuatro.
Todos nos preparamos desde unos días antes, espiando ansiosos la balanza, ya que tenía que cumplir algunas condiciones para que nos lo entregaran: una, que pesara más de dos kilos, otra, que se alimentara por succión, sin sonda.
Florencia, una de sus madrinas, preparó bombones para cada médico y enfermera de neo. Cualquier cosa nos parecía poco en compensación por la inmensa felicidad de tener a nuestro hijo con nosotros!!!!
Y finalmente, el día llegó. Cerca del mediodía, pudimos partir. Creo que nos sentíamos un poco ladrones escapando de la cárcel, tantos días allí.....
Cuando llegamos a casa, nuestros amigos y Florencia habían adornado las puertas con carteles de bienvenida. Los chicos del barrio habían estampado sus manitos.
Empezó una vida nueva, con mucho cansancio, ya no había más ayuda de enfermeras. Ahora éramos nosotros para todo. La alimentación, como siempre, todo un tema. Día y noche, le dábamos su mamadera cada tres horas, religiosamente. Preparada con leche materna (que debía extraerme previamente, ya que él no tenía aún la fuerza suficiente para hacerlo por sí solo), con agregados que también debían prepararse. Todo el tiempo se iba en preparaciones, lavados, esterilizaciones de mamaderas, sacaleche, etc.
No salió de la habitación por varios días. Cuando se adaptó a ese lugar, empezamos el viaje hacia el resto de la casa. No había visitas. Solo la familia más cercana podía venir a casa, siempre y cuando estuvieran absoluta y positivamente sanos. Nadie lo tocaba sin antes haberse lavado prolijamente. No hubo salidas de esparcimiento hasta la primavera, ni siquiera a comer a lo de la abuela. Nuestros amigos conocieron a Salvi mirándolo por la ventana.
Como siempre, cuando mirámos las cosas a la distancia, pensamos cómo pudimos haber sobrevivido, pero en realidad, estábamos tan felices que lo recuerdo como una época muy positiva, relajada, después de toda la tensión del nacimiento y la internación.
Fue la época de comenzar rehabilitación, de recibir algunos diagnósticos. Nada nos asustaba. Por suerte tuvimos de nuestro lado médicos (empezando por nuestro pediatra) y profesionales en general (nuestra querida kinesióloga) que siempre nos aportaron esperanza, empuje, ganas de hacer por él. Ninguno fue lapidario en sus diagnósticos. Siempre hubo cosas para intentar, y él siempre respondió con alegría, con entusiasmo.
Fue el tiempo que nos regaló sus primeras sonrisas... y eso no se paga con nada.
El 11 de Mayo, en casa se festeja como un cumpleaños más, a veces con torta y todo, otras veces, más sencillo, pero siempre con mucha alegría!!!!



La música, lo que escuchábamos mucho esos primeros días en casa: Babies go U2.

(Para ver y escuchar bien el video, poner play, ponerle pausa luego de unos segundos, dejar descargar por un par de minutos y luego volver a apretar play)

Comentarios

  1. Me ha encantado ver a Salvi de recien nacido. Gracias por compartirlo Ale. Y bueno, que decir de lo familiar que me resulta todo tu relato y como te entiendo. Que duro, verdad!.
    Bueno, ahora a disfrutar de ese campeon!

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  2. Ay, Ale, me lo he llorado que ni te cuento!!!!!!! Hermosas las fotos y hermoso lo escrito, lo describiste tan bien...

    Tienes una familia 'divina' llena de amor!!!!!! Muchas gracias por compartirlo y feliz 11 de mayo!!!!!!!!!!!!!

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  3. Alejandra me emocionaste muchísimo, que lindo ver tanto amor en tu linda familia, que momentos se ven reflejados en el video, un beso para tus campeones y otro para ti.

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  4. Para Kenia (mi campeona):en las primeras fotos que aparecen en el video, las del día de la llegada a casa, Salvi tiene ya cuatro meses. En las últimas, ya casi un año.
    Sí que era chiquito!!!

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  5. Ay Alejandra, no pude contener mis lágrimas porque me vi tan reflejada en lo que escribes...y las fotos..y tan chiquitito...tantos cuidados, nada de salir, ni corrientes de aire..que nadie lo cargue, no visitas...tantos recuerdos...pero miralo, verlo ahora es tan emocionante...

    Un abrazo ...

    PD. Lindo Baby go U2, yo le ponia Baby go Beatles...:) se relajaba mucho...

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  6. A Rocío también le fascinaba esa colección!!!!

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