Y SOLO QUEDÓ "PANCHITO"


Hace menos de un mes, el 1 de octubre, una perra que había encontrado asilo en casa dio a luz ¡ocho! cachorritos. La señorita había aparecido de la noche a la mañana en nuestro portón y NUESTRO perro, Clifford, todo un caballero, la hizo pasar, le cedió gentilmente cama y comida y ella, agradecida, se instaló. Al poco tiempo, fue evidente que la señorita en cuestión estaba en "estado interesante". Hizo pozos de inmenso tamaño, sobre todo los dos días anteriores al alumbramiento. Finalmente, ese día al levantarnos, ella ya había hecho todo el trabajo: los tenía a todos en uno de los pozos, abajo de un pino, todos limpios y tomando la teta.

Todo muy lindo, pero no estabamos dispuestos a semejante explosión demográfica en casa, (sobre todo yo). No la había echado porque me dí cuenta del embarazo, y no soy tan malísima. Enseguida los ofrecimos a todo el mundo. Crecieron rápido, se nota que van a ser grandes. Hace unos 10 días empezaron a abrir los ojos, a escaparse de la cucha, y la perra se cansó de estar cuidándolos, y empezó a pedir que le abrieran la puerta de casa para irse por ratos muy largos.

En cuanto empezaron a alimentarse solitos, empezaron a partir hacia sus nuevos destinos.

Claro... Agustín se encariñó con el más bonito, y bueeeeno!!!! Tampoco tengo un corazón de piedra: "Panchito" se quedó.

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